La paciencia de un genio
Invisibilizado por obra y gracia de la suspicacia de Jean-Baptiste Lully, el músico que hizo bailar, y llorar, al Rey Sol, padre de la Tragedie Lyrique francesa, Marc-Antoine Charpentier debió esperar a la muerte del florentino para poner sus obras en los escenarios con apoyo regio. Mientras tanto, amoldó su genio a las posibilidades que una prima de Luis XIV, María de Lorena, duquesa de Guise, le ofreció como mecenas de su arte, abriéndole su palacio urbano en el Marais de París y poniendo a su disposición el selecto grupo de músicos de su capilla; de ocho a diez instrumentistas y cantantes; él mismo uno de estos últimos. Al buen gusto de la duquesa, Charpentier dedicó un nutrido grupo de obras alegóricas y pastorales, que hasta la muerte de la dama en 1688, fueron presentadas en los salones de su palacio. Es Les arts florissants una de esas alegorías, la que William Christie adoptó como nombre para su formación musical, que presenta un diálogo sostenido por las artes y las fuerzas de la vida -la paz, la guerra- en alabanza a la estirpe de la duquesa y el buen nombre del rey hacedor de batallas pacificadoras. Entre 1686 y 1687 compone La descente d’Orphée aux enfers, obra en dos actos que contó con un tercero en el libreto, perdido en su parte musical, en el que representa la muerte del cantor, devorado por las furiosas Ménades.
La siempre esperada cita con William Christie y sus conjuntos Les Arts Florissants y los jóvenes y talentosos solistas de Le Jardin des Voix nos acerca esta temporada a un compositor aún inédito en Les Arts como es Marc-Antoine Charpentier, muy vinculado a la historia de la agrupación, que debe precisamente su nombre a la ópera de cámara Les arts florissants de este autor. La velada consta de un programa doble formado por la mencionada pieza y otra joya del Barroco francés: La descente d’Orphée aux enfers, ambas grabadas por Christie con su consabido rigor histórico y refinado estilo. Obras de insólita belleza que serán interpretadas en una sobria y poética versión semiescenificada, pergeñada por Marie Lambert-Le Bihan y Stéphane Facco.




