Fue el 1 de diciembre de 2014. A Pastora Soler, tras más de 20 años dedicada en cuerpo y alma a su carrera musical, con un nivel de auto exigencia que sólo los más cercanos conocen el calibre, su cuerpo le había dicho basta. Y ella lo supo escuchar a pesar de encontrarse en uno de los momentos más álgidos de su carrera. No es fácil retirarse cuando se está en ese momento, cuando incluso se le abrían las puertas de Europa gracias a su exitoso paso por Eurovisión. Pero por decisión propia, ponía punto y aparte a una intensa trayectoria que acumulaba diez discos de estudio, dos recopilatorios y unas giras que prácticamente enlazaba unas con otras. Pastora necesitaba calma.
«Es posible que mi vida careciera de ella», dice. Puede que quizá Pastora no lo sabía pero la naturaleza, tan sabia a veces, se lo hizo ver. Y dejó pasar el tiempo. Pero sin perderlo.
Sin presión, cuando se descubrió cantando en los momentos más cotidianos de su día a día, fue consciente de que la tormenta había pasado. Y evidentemente el nacimiento de su hija, Estrella, fue determinante para que eso ocurriera. «Mi hija me dio la energía para volver. Y yo siempre me he ido motivando a la hora de hacer un disco con la búsqueda de repertorio, así que esta vez quería que fuera igual para que las cosas ocurrieran de manera natural, pero poco a poco».
Porque está claro que después de las tormentas siempre llega una calma, Pastora Soler vuelve por fin a los principales escenarios españoles para presentar su nuevo trabajo «La Calma», en su gira más especial.