La clemenza di Tito

Wolfgang Amadeus Mozart

24, 28 junio 2018
Auditori
O el triunfo de la compasión sobre la traición y la envidia en la última ópera de Mozart, estrenada en 1791. Un homenaje crepuscular al dramma per música, abandonado por el autor más de una década antes, al que regresa para transformarlo con arias de forma libre y números de conjunto y corales en los que los perfiles psicológicos más definidos van de la mano de la expresión musical más abstracta.

Dirección musical
Nimrod David Pfeffer

Concepto escénico
Allex Aguilera

Escenografía
Manuel Zuriaga

Vestuario
José María Adame

Iluminación
Antonio Castro

Producción
Palau de les Arts

Cor de la Generalitat
Francesc Perales, director

Orquestra de la Comunitat Valenciana

Tito
Carlo Allemano

Vitellia
Eva Mei

Sesto
Margarita Gritskova

Servilia
Karen Gardeazabal

Annio
Nozomi Kato

Publio
Andrea Pellegrini *

* Centre Plácido Domingo

Acto I

Roma, año 80 d.C. Tito, nuevo emperador, ha elegido por esposa a la extranjera Berenice, lo que provoca la ira de Vitellia, dama romana que se considera la mejor candidata al trono. Utilizando el amor que Sesto siente por ella, lo convence para que asesine a Tito, pero el plan queda en suspenso cuando Annio anuncia que el emperador ha cambiado su elección por la de una esposa romana. Vitellia se ilusiona con la idea de ser la elegida, y Annio y Sesto reafirman su amistad, que pronto se reforzará con la boda de Annio y Servilia, hermana de Sesto.

En el foro, Tito es aclamado por su generosidad al destinar a las víctimas de la erupción del Vesubio los fondos recaudados para erigir un templo en su honor. A solas con Annio y Sesto, les hace saber que ha elegido a Servilia como esposa, lo que Annio comunica con pesar a la joven, que acata la voluntad de Tito pese a su dolor.

Reunidos en el Palatino, Tito comprende el sacrificio de Servilia y la libera de su carga, renunciando a ella. Ignorante de ésto, Vitellia estalla de ira contra Sesto y le conmina a acabar con el emperador, por lo que el joven se marcha decidido a matar a Tito. Entonces llega la noticia de que Vitellia es finalmente la elegida como futura esposa del emperador, lo que llena a la dama de terror y remordimientos.

El Capitolio ha sido incendiado, y Sesto lamenta haber asestado el golpe mortal a Tito. Vitellia le impide confesar su crimen mientras todos lloran la pérdida del emperador.

Acto II

En los jardines imperiales, Sesto admite ante Annio su traición, pero el césar está vivo: en la confusión del incendio, Sesto ha herido a Lentulo al confundirlo con Tito, y el testimonio del herido ha descubierto al traidor. Vitellia consigue que Sesto prometa no descubrir su participación en la conjura antes de que sea arrestado.

Mientras el pueblo da las gracias a los dioses por salvar al césar, éste debe firmar la sentencia de Sesto, que ha sido condenado a muerte tras declararse único responsable del atentado. El emperador intenta conocer las razones de la traición de Sesto, pero el joven sólo acierta a pedir perdón, evitando traicionar a Vitellia. A solas, el césar decide finalmente ser magnánimo antes que vengativo y rompe la sentencia. Mientras, Annio y Servilia convencen a Vitellia de que confiese su participación en la conjura y la dama lamenta la pérdida de sus sueños de ser emperatriz.

En el anfiteatro, Sesto es llevado ante Tito, que se dispone a darle el perdón cuando Vitellia entra y se arroja a los pies del emperador, confesando su culpa e implorando gracia. Tito vacila, pero su generosidad se impone y otorga el perdón a todos, mientras el pueblo alaba la clemencia del césar y Tito solicita a los dioses que acorten su vida cuando deje de servir dignamente a su amada Roma.