La traviata

Giuseppe Verdi

9, 12, 15, 18, 21, 22*, 23 / II / 2017

*reparto jóvenes cantantes [Pretemporada]

 

 

 

 
Sala Principal

Un monumento al amor vivido como renuncia y una hermosa denuncia al sistema burgués, sus prejuicios morales y su hipocresía de clase.


 

Duración aproximada: 3h 15m

Producción creada por VALENTINO GARAVANI y GIANCARLO GIAMMETTI y el Teatro dell’Opera di Roma

DIRECCIÓN MUSICAL  RAMÓN TEBAR
DIRECCIÓN DE ESCENA  SOFIA COPPOLA
ESCENOGRAFÍA  NATHAN CROWLEY
VESTUARIO VALENTINO GARAVANI
MARIA GRAZIA CHIURI
PIERPAOLO PICCIOLI
ILUMINACIÓN VINICIO CHELI
VIDEOCREACIÓN LORENZO BRUNO
IGOR RENZETTI
COREOGRAFÍA STÉPHANE PHAVORIN

 

Cor de la Generalitat Valenciana
Francesc Perales, director

Orquestra de la Comunitat Valenciana

 

Agradecimientos: Fondazione Valentino Garavani e Giancarlo Giammetti e Valentino SPA

Violetta Valéry
Marina Rebeka
Tina Gorina (22)

Alfredo Germont
Arturo Chacón Cruz
Giuseppe Talamo (22)

Giorgio Germont
Plácido Domingo
Luis Cansino (22)

Il Dottore Grenvil
Alejandro López *

Flora Bervoix
Anna Bychkova *

Annina
Olga Zharikova *

Gastone de Letorières
Moisés Marín *

Il Barone Douphol
Jorge Álvarez *

Il Marchese d’Obigny
Andrea Pellegrini *

Giuseppe
Antonio Gómez **

Un Commissionario
Boro Giner **

Un Servitore
Bonifaci Carrillo **

 

* Centre Plácido Domingo
** Cor de la Generalitat Valenciana

Acto I
París y alrededores, hacia 1850. Violetta Valéry, conocida cortesana, ofrece una fiesta en el salón de su casa de París. El conde Gastone acude con su amigo Alfredo Germont, joven noble que lleva tiempo enamorado de Violetta. Mientras pasean por el salón, Gastone cuenta a Violetta que Alfredo la ama y que cuando ella estaba enferma, acudía diariamente a su casa para interesarse por su salud. Alfredo se une a ellos y confirma las palabras de Gastone. El Barón Douphol, actual amante de Violetta, espera para acompañarla hasta el salón, donde le solicitan que haga un brindis. Él se niega y es entonces Alfredo quien invita a los presentes a alzar sus copas.

Los invitados se trasladan a la habitación contigua donde se escucha la orquestina. Violetta se siente mareada y pide a sus amigos que se adelanten y la dejen descansar hasta que se recupere. Alfredo muestra preocupación por su delicada salud. Después le declara su amor. Al principio Violetta lo rechaza. Sin embargo, hay algo en Alfredo que la conmueve. Cuando el joven está a punto de partir, ella promete quedar con él al día siguiente. Los invitados se marchan. Ya a solas, Violetta, acostumbrada a disfrutar la vida con libertad y sin ataduras, se pregunta si el apuesto pretendiente que acaba de conocer podría ser el amor de su vida. Fuera de escena se escucha la voz de Alfredo que canta al amor.

Acto II
Cuadro I
Tres meses después, Alfredo y Violetta conviven en una tranquila casa campestre a las afueras de París. Violetta está enamorada y ha abandonado por completo su agitada vida anterior. Alfredo, a solas, medita gozoso sobre el amor que les une. Llega Annina, criada de Violetta, quien comenta a Alfredo que acaba de vender en París gran parte de las pertenencias de su señora para poder costear su retirada vida en el campo.

Alfredo, sorprendido, parte de inmediato a París para ocuparse personalmente del asunto. Violetta regresa a casa y recibe una invitación de su amiga Flora para asistir a una fiesta en París esa misma noche. Un criado anuncia una visita. Es el padre de Alfredo, Giorgio Germont, quien le pide que rompa la relación con su hijo, ya que su mala reputación amenaza el compromiso de su hija con un joven de buena familia. Con remordimiento y horrorizada, Violetta accede a la cruel petición de Germont. Éste, en un gesto de gratitud por su sacrificio y admirado por su nobleza, la besa en la frente antes de dejarla llorando.

Violetta entrega a Annina una nota dirigida a Flora en la que acepta la invitación y se dispone a escribir una carta a Alfredo. Éste aparece y ella apenas puede controlar su tristeza. Le habla repetidamente de su amor incondicional y se despide de él sin explicaciones. Antes de partir hacia París, Violetta entrega a su criado la carta que ha redactado para Alfredo. Cuando éste la lee se siente desfallecer. Germont aparece en ese instante y trata de consolar a su hijo. Pero Alfredo sospecha que el Barón está detrás de la separación, pues la invitación de Flora que encuentra sobre la mesa del despacho así lo sugiere. Furioso, decide acudir esa noche a la fiesta. Germont intenta detenerlo pero Alfredo se marcha.

Cuadro II
En la fiesta, el marqués d’Obigny cuenta a Flora que Violetta y Alfredo se han separado. La anfitriona llama a los artistas para que entretengan a los invitados. Violetta llega con el Barón Douphol. Ambos, advierten la presencia de Alfredo en la mesa de juegos. Éste, al verles, clama que se llevará a Violetta a casa. Molesto por los comentarios de Alfredo, el Barón se sienta a jugar con él. Alfredo gana un buen dinero en las apuestas. Flora anuncia que la cena está lista.

Mientras todos salen de la sala, Violetta invita a Alfredo a abandonar la fiesta, ya que teme que la ira del Barón le conduzca a retarle a duelo. El joven malinterpreta su preocupación y le pide que admita que está enamorada del Barón. Ella lo reconoce con gran pesar. Alfredo, furioso, llama a los invitados y ante ellos la humilla lanzándole las ganancias a sus pies como bochornosa muestra de que su deuda con ella está saldada. Ella cae desmayada. Los invitados reprenden a Alfredo. Irrumpe en el salón Germont, que enseguida comprende lo que ha ocurrido y rechaza indignado el comportamiento de su hijo. El Barón reta a Alfredo a duelo.

Acto III
Habitación solitaria en casa de Violetta en París. El Doctor Grenvil anuncia a Annina que Violetta no vivirá mucho, ya que ha empeorado debido a la tuberculosis. Sola en su habitación, en la miseria, Violetta lee una carta en la que Germont le cuenta que el Barón sólo resultó herido en el duelo con Alfredo, y que éste, conocedor del sacrificio de amor que ella ha hecho por él, regresará pronto a su lado. Sin embargo, Violetta sabe que es demasiado tarde.

Annina irrumpe en la desolada estancia para anunciar la llegada de Alfredo. Los amantes se reencuentran y Alfredo sugiere marcharse a París. Pero ella sabe que se le acaba el tiempo. El padre de Alfredo llega con el doctor y se lamenta por lo que ha hecho. Violetta muere en brazos de Alfredo.

®Yasuko Kageyama / Opera di Roma

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