Missa Papae Marcelli
Francesc Perales, director
Palestrina: 4 Motetes
Alma redemptoris mater
Sicut cervus desiderat
Hodie Christus natus est
Jubilate deo
Palestrina: Misa del papa Marcelo
Cor de la Generalitat Valenciana
Trento bien vale una misa.
Escrita en una fecha indefinida entre 1562 y los años inmediatamente posteriores, la Missa Papae Marcelli -o misa del Papa Marcelo- es considerada aún, a día de hoy, como la obra que salvó a la polifonía de las garras depuradoras del Concilio de Trento.
La Reforma del cristianismo en versión luterana llega al mundo de la música polifónica religiosa en un momento en el que ésta había entrado en el más completo mestizaje morfológico, debido en parte a la excesiva elaboración intelectual alcanzada desde el medievo en el terreno del contrapunto y la imitación, pero causado en gran medida por el uso de ritmos y melodías populares en forma de paráfrasis y citas: un frívolo sustento para el verbo divino. La Contrarreforma católica, con su poderoso instrumento conciliar de Trento, estuvo a punto de eliminar la música elaborada del culto católico en favor de un retorno a la pureza de la monodia y la salmodia codificadas unos siglos antes por el papa Gregorio Magno: el canto romano, simple y directo, inteligible y de estirpe divina; canto donde la música no estorba a la comprensión de la palabra de Dios.
Giovanni Pierluigi da Palestrina, que servía en la capilla vaticana durante el brevísimo reinado del papa Marcelo II -de apenas tres semanas-, fue testigo directo de estos años de peligro y sin duda contribuyó con su esfuerzo renovador a la aceptación de la música por parte de las autoridades trentinas. Él, que había compuesto en el estilo denso e intelectual en boga en su momento, escribió esta misa crucial tras la muerte del papa efímero, bajo cuyo mandato se habían dado las primeras órdenes de claridad y sencillez compositiva en el ámbito de la iglesia, a partir del cantus firmus de las puras melodías gregorianas.