Lélio

Hector Berlioz

5 noviembre 2015 · 20.00 h
Auditori

I
Hector Berlioz
Lélio

Mario Zeffiri, tenor
André Heyboer, barítono
Nacho Fresneda, actor

II
Hector Berlioz
Sinfonía fantástica

Orquestra de la Comunitat Valenciana
Roberto Abbado, director

LÉLIO, o el regreso a la vida

 El Monodrama lírico con texto de Hector Berlioz, Lélio, o el regreso a la vida, opus 14b, obra complemento a la Sinfonía Fantástica, fue compuesto el año 1831 en Italia, partiendo de música previamente compuesta. Fue estrenado en el Conservatorio de París un año más tarde, en 1832.

Este melólogo, pues finalmente puede definirse a esta composición como tal, ofrece al oyente-espectador un paseo emocional por la intimidad del propio Berlioz. Así, dado que la Sinfonía Fantástica nos presenta la música programática del suicidio por sobredosis de opio de un compositor, entre terribles visiones, en Lélio se asiste al despertar del infructuoso suicidio. Apenas una suerte de ensueño, en el que la música de Shakespeare, las tristezas de una vida y la ausencia del amor por la mujer perdida, irán tomando forma en una sucesión de momentos de declamación, canto y música orquestal -tan del gusto romántico-, con la omnipresente idée fixe (un leitmotiv emocional) figurando ubicuamente a la amante desaparecida en esta nueva vida a la que Lélio-Berlioz regresa, no sin evidente disgusto, y a la que sólo la esperanza en la literatura, el arte y la belleza podrán devolverle su razón de ser.

 Como el mismo Berlioz advierte:

 «Esta obra debe ser oída inmediatamente después de la Sinfonía Fantástica, de la que es fin y complemento. La orquesta, el coro y los cantores deben permanecer invisibles en el teatro, tras el tul. El actor habla y actúa solo, desde la corbata. Al finalizar el último monólogo, éste saldrá y el telón se levantará descubriendo a todos los ejecutantes para el Final.

 En consecuencia, se deberá colocar un suelo en el lugar que ocupa normalmente la orquesta en un teatro.

 El papel de Lélio exige un actor hábil, no un cantor. Por otra parte es necesario un tenor para cantar la Balada, otro tenor para el Canto de la dicha y un barítono enérgico para el capitán de los bandoleros».

Lélio