ACTO I
Jardín en la entrada del palacio del Comendador en Sevilla. Es
de noche
Leporello, criado de Don Giovanni, se lamenta de los sinsabores que
le depara estar al servicio de éste: hambre, frío, poco dinero y
esperar mientras su patrón se divierte conquistando mujeres. Don
Giovanni irrumpe perseguido por Donna Anna, quien trata en vano de
identificarlo después de que éste haya intentado seducirla. El
ruido despierta al Comendador, padre de la dama, que reta al
embaucador a batirse en duelo. Donna Anna marcha en busca de ayuda.
Don Giovanni hiere de muerte al viejo y huye con su criado. Aparece
Donna Anna con su prometido Don Ottavio y algunos criados, aunque
ya es demasiado tarde. El Comendador yace muerto y la dama pide a
Don Ottavio que vengue el asesinato de su padre.
Una calle en las afueras de la ciudad. Amanece
Donna Elvira, dama de Burgos, aparece ataviada con atuendo de
viaje. Acaba de llegar a Sevilla en busca de un amante que la
abandonó. Don Giovanni se aproxima con Leporello dispuesto a
seducirla. Cuando descubre, con sorpresa, que se trata de Donna
Elvira, una de sus conquistas, huye sigilosamente. Mientras,
Leporello la consuela con una muestra del interminable catálogo de
conquistas de su señor, con el fin de hacerle ver que ella no es la
primera ni tampoco la última de la lista.
Se produce un cambio de escena y aparecen Masetto y Zerlina, dos
campesinos que celebran su boda acompañados por otros aldeanos.
Llegan Don Giovanni y Leporello. El seductor se siente muy atraído
por Zerlina y ordena a su criado que invite a una fiesta en su
palacio a todos los aldeanos, en especial a Masetto, para
quitárselo de encima y tener libre el camino para cortejar a
Zerlina. Una vez que se han quedado los dos solos, Don Giovanni
trata de engatusar a la joven con sus encantos, pero sus planes se
verán truncados con la irrupción de Donna Elvira, que advierte a
Zerlina la clase de hombre que es Don Giovanni, y se lleva consigo
a la muchacha.
Llegan Don Ottavio y Donna Anna, que solicitan a Don Giovanni sus
servicios para vengar la muerte del Comendador. Don Giovanni
respira aliviado al ver que no le han reconocido. Vuelve a
aparecer, un poco agitada, Donna Elvira, que trata de persuadir a
Don Ottavio y Donna Anna de que no confíen en Don Giovanni. Éste se
marcha. Donna Anna comienza a inquietarse, pues cree reconocer en
la voz del caballero al asesino de su padre. Entonces, narra a Don
Ottavio lo sucedido aquella fatídica noche y de nuevo le exige que
vengue su muerte.
Jardín en el palacio de Don Giovanni
Zerlina y Masetto se reconcilian. Aparece Don Giovanni con
renovados planes para conquistar el corazón de Zerlina. Invita a la
joven pareja y a todos los aldeanos a una fiesta en su palacio. Don
Ottavio, Donna Anna y Donna Elvira, disfrazados con máscaras,
espían a Don Giovanni. Leporello los ve y los invita a la
fiesta.
Interior del palacio de Don Giovanni
Todos bailan y se divierten en la fiesta. Aprovechando una de las
danzas, Don Giovanni consigue llevarse a Zerlina hasta una de las
habitaciones del palacio para seducirla, pero la muchacha comienza
a gritar y pide socorro. Don Giovanni acusa a Leporello del acoso a
la joven. Entonces, Don Ottavio, Donna Anna y Donna Elvira se
desenmascaran, ante la sorpresa de su anfitrión, y culpan a Don
Giovanni de lo sucedido. A la primera oportunidad, el seductor huye
del palacio con su criado.
ACTO II
Frente a la casa de Donna Elvira. Es de noche
Leporello medita sobre la conveniencia de dejar de trabajar para
Don Giovanni. Llega su patrón y le entrega unas monedas que lo
hacen desistir de la idea de abandonarle. Ahora planean juntos
cortejar a la doncella de Donna Elvira. Para ello intercambian sus
ropas con el objeto de que Don Giovanni presente un aspecto más
sencillo ante la muchacha. Pero es Donna Elvira la que se asoma al
balcón, en lugar de su doncella. Don Giovanni se esconde detrás de
Leporello y se disculpa ante Donna Elvira simulando arrepentimiento
mientras Leporello reproduce con gestos las palabras de su
señor.
Donna Elvira baja a la calle y Leporello, imitando la voz de Don
Giovanni, comienza a seducirla, aunque torpemente. Don Giovanni les
asusta en la oscuridad y consigue que se vayan. Ya tiene el camino
libre para cortejar a la doncella de Donna Elvira, pero aparece
Masetto acompañado de otros aldeanos en busca de Don Giovanni para
darle muerte. Aprovechando que lleva las ropas de Leporello, el
seductor finge que se quiere unir a la causa y, una vez que logra
que todos partan y se queda a solas con Masetto, lo desarma, le da
una paliza y huye. Más tarde, Zerlina consuela cariñosamente a
Masetto.
Patio delante de la casa de Donna Anna
Leporello, ataviado todavía con las ropas de Don Giovanni, trata de
deshacerse de Donna Elvira. La situación se le complica más con la
llegada de Don Ottavio, Donna Anna, Zerlina y Masetto. Entonces,
revela su identidad para librarse de un castigo que no le
corresponde. Aprovechando el despiste de los demás, Leporello sale
corriendo en cuanto ve la oportunidad. Don Ottavio decide ir en
busca de la justicia.
Cementerio. Junto a la estatua del Comendador
Don Giovanni y Leporello vuelven a encontrarse en el cementerio,
ante la estatua del Comendador. Su conversación es interrumpida por
la voz de ultratumba de éste. Leporello está aterrorizado. Don
Giovanni apenas se inmuta. Es más, invita a cenar a la estatua a su
casa esa misma noche.
Habitación en casa de Donna Anna
Don Ottavio consuela a Donna Anna y le ofrece casarse con ella
inmediatamente. Sin embargo, la dama considera que el luto por su
padre aún es reciente y habrá que esperar.
Salón comedor en el palacio de Don Giovanni
Leporello sirve la cena a Don Giovanni. Donna Elvira acude a
suplicar inútilmente a Don Giovanni que cambie su estilo de vida.
Tras la partida de la dama entra la estatua del Comendador, que
exige el arrepentimiento de Don Giovanni. Pero éste se niega y es
devorado por las llamas del infierno. Aparecen todos los personajes
y Leporello les relata muy sorprendido el horrible final de Don
Giovanni. Parece que todos se sienten, en cierta forma,
reconfortados.